El síndrome de piernas cansadas es muy frecuente en toda la población adulta, afectando sobre todo a personas que pasan mucho tiempo de pie o sentadas.
Síntomas:
Los síntomas son muy similares en todos los casos:
Causas:
Las tres causas más frecuentes son:
Además hay factores que pueden aumentar el riesgo de padecer el síndrome de piernas cansadas como la obesidad, el sedentarismo o pasar mucho tiempo seguido de pie o sentado.
Tratamiento:
A continuación os proponemos una serie de consejos para prevenir o tratar el síndrome de piernas cansadas:
En caso de que esto no sea posible, ya que muchas veces es nuestro trabajo el que nos obliga a permanecer en posturas durante largos períodos de tiempo, debemos cambiar de postura y movernos siempre que podamos y hacer descansos para estirar y hacer ejercicios específicos, como los que describimos más abajo.
Nos ayudará llevar una alimentación baja en sodio y azúcar, además de no pasarnos con las grasas y proteínas, ya que su abuso puede sobrecargar el sistema linfático haciendo que retengamos líquido.
Además una correcta hidratación nos ayudará a eliminar líquidos.
Para favorecer la circulación y el retorno venoso hacia el corazón.
Tanto para tratar como para prevenir el síndrome de piernas cansadas, podemos acudir a un fisioterapeuta para realizarnos un masaje circulatorio o un drenaje linfático. En caso de trabajar sentados o de pie sería muy recomendable hacerlo cada cierto tiempo a modo de prevención.
Evitar calzado apretado o muy flojo y no usar tacones altos habitualmente (para evitar acortamientos musculares). Además no deberemos utilizar ropa ni calcetines ceñidos, ya que este tipo de ropa y calzado dificultan el retorno de la sangre hacia el corazón.
No debemos estar en posturas estáticas mantenidas en el tiempo, ya que el cuerpo necesita la movilización de las articulaciones para ayudar a reabsorber el líquido retenido y mejorar la circulación.
Podemos elegir la práctica de ejercicios que no requieran grandes cargar (pesas), por lo que sería recomendado la natación, caminar, ciclismo...
Además podemos practicar ejercicios y estiramientos específicos:
Ejercicio 1: de pie sobre un escalón, apoyamos la punta del pie al borde y dejamos cael el talón hacia abajo manteniendo al menos 20 segundos. Lo hacemos primero con la rodilla estirada y después con ella doblada.
Ejercicio0 2: sentado con una pierna estirada y la espalda erguida hacia arriba. Apretamos desde la rodilla hacia el suelo y tiramos desde la punta del pie hacia el cuerpo manteniendo durante 20 segundos. Después inclinamos el cuerpo sin encorvarlo hacia delante y mantenemos durante otros 20 segundos.
Ejercicio 3: de pie, agarramos el tobillo doblando la rodilla y tiramos desde ella hacia el suelo sin producir movimiento y sin aumentar la curvatura de la espalda. Mantenemos durante 20 segundos.
Ejercicio 4: cruzamos una pierna detrás de la otra e inclinamos hacia abajo el cuerpo manteniendo la postura durante 20 segundos.
Ejercicio 5: sentado, con una pierna estirada y la espalda erguida. movemos el tobillo en círculos y hacia arriba y hacia abajo. Después movemos la rodilla y la cadera doblándolas y estirándolas.